Origen del apodo Mataviejitas de Juana Barraza en México
El caso de Juana Barraza, conocida como "Mataviejitas", es uno de los más impactantes y polémicos en la historia criminal de México. A lo largo de casi una década, Barraza asesinó a más de una decena de mujeres de la tercera edad, causando conmoción y miedo en la sociedad mexicana. El apodo de "Mataviejitas" surge como una manera de identificar a esta asesina en serie y de resumir su macabra actividad.
El caso de Juana Barraza y el apodo de "Mataviejitas" comenzaron a ganar notoriedad en el año 2003, cuando la policía mexicana descubrió una serie de asesinatos en la Ciudad de México y el Estado de México que tenían características similares. Todas las víctimas eran mujeres mayores de 60 años, vivían solas y habían sido estranguladas hasta la muerte. Esto despertó el temor en la sociedad y puso en alerta a las autoridades.
La búsqueda del asesino
Las autoridades mexicanas, encabezadas por la Policía Judicial del Distrito Federal, comenzaron una intensa búsqueda para dar con el responsable de los asesinatos. Se formó un grupo especial de investigadores, se realizaron retratos hablados, se tomaron huellas dactilares y se entrevistó a testigos en busca de pistas sobre el autor de los crímenes.
Los investigadores no tenían muchas pistas para seguir, ya que en la mayoría de los casos no había testigos presenciales y no se habían encontrado evidencias contundentes en las escenas del crimen. Sin embargo, no cesaron en su empeño y trabajaron incansablemente para atrapar al responsable de estos asesinatos tan atroces.
El perfil del asesino
Ante la falta de pistas concretas, los investigadores decidieron enfocarse en el perfil psicológico del asesino. Tomando en cuenta las características de las víctimas y el modus operandi, se llegó a la conclusión de que se trataba de un criminal organizado, metódico y con conocimientos de las rutinas diarias de las mujeres mayores.
Se pensó que el asesino utilizaba algún pretexto para ingresar a las casas de sus víctimas y una vez adentro, las atacaba sin piedad. Además, los investigadores consideraron que el criminal tenía que ser una persona con la suficiente fuerza física para poder someter a las mujeres y estrangularlas.
La detención de Juana Barraza
Después de varios años de búsqueda infructuosa, la policía recibió una llamada anónima que los llevó hasta Juana Barraza, una luchadora profesional conocida como "La Dama del Silencio". Barraza era una mujer de mediana edad y fuerza física notable, por lo que encajaba con el perfil que se había creado del asesino.
La policía comenzó a investigar a Juana Barraza y encontraron ciertos indicios que la relacionaban con los asesinatos de las mujeres mayores. Se descubrió que había estado presente en algunas de las escenas del crimen y que su huella dactilar coincidía con una que se había encontrado en uno de los lugares donde se había cometido un asesinato.
Además, se encontró en su casa ropa y objetos que podrían ser utilizados como disfraces o para embaucar a sus víctimas. Todo esto llevó a la policía a arrestar a Juana Barraza, quien terminó confesando ser la autora de los asesinatos.
El juicio y la condena
Juana Barraza fue juzgada por los asesinatos y se convirtió en una de las criminales más famosas de México. Durante el juicio, se revelaron detalles escalofriantes sobre su modus operandi y su psicología. Barraza aprovechaba su apariencia frágil y su conocimiento de la lucha libre para ganarse la confianza de las mujeres mayores y entrar a sus casas sin levantar sospechas.
Una vez adentro, las atacaba sorpresivamente y las estrangulaba con una soga o un torniquete. En varias ocasiones, los gritos de las víctimas alertaron a los vecinos, pero nadie imaginaba que una mujer aparentemente inofensiva fuera la autora de estos crímenes tan brutales.
El jurado encontró a Juana Barraza culpable de los asesinatos y fue condenada a 759 años de prisión. Sin embargo, esta sentencia fue revocada en 2008, cuando un tribunal de apelaciones consideró que no se había seguido el debido proceso legal en el juicio. Barraza fue sometida a un nuevo juicio y en 2008 fue condenada a 40 años de prisión.
La psicología detrás de los asesinos seriales
El caso de Juana Barraza y su apodo de "Mataviejitas" nos lleva a reflexionar sobre la psicología detrás de los asesinos seriales. Estos criminales suelen tener rasgos en común, como la falta de empatía, la manipulación, la frialdad emocional y un deseo morboso de control y poder sobre sus víctimas.
En el caso particular de Juana Barraza, su pasado y su infancia podrían haber influido en su desarrollo como asesina serial. Se sabe que sufrió abuso físico y emocional por parte de su madre, quien la entregó a otros miembros de la familia cuando era niña. Esta falta de amor y de estabilidad familiar pudo haber ocasionado en ella un resentimiento hacia las mujeres mayores, quienes podrían representar a esa madre ausente.
Además, la lucha libre, el deporte en el que destacó Juana Barraza, es un entorno violento y extremadamente competitivo. Es posible que haya canalizado sus frustraciones y deseos de poder a través de sus actividades en este deporte, lo que pudo haber alimentado su sed de control y dominio sobre las víctimas.
El impacto en la sociedad
El caso de Juana Barraza provocó un gran impacto en la sociedad mexicana. La brutalidad de sus crímenes y la forma en que seleccionaba a sus víctimas generaron miedo y desconfianza en la población, especialmente entre las mujeres mayores que vivían solas.
Este caso también puso en evidencia la falta de atención y la discriminación que sufren las personas mayores en México. La mayoría de las víctimas de Barraza vivían en condiciones precarias, sin acceso a servicios de salud adecuados y sin redes de apoyo social. Esto hace que las personas mayores sean especialmente vulnerables y fácilmente explotables por criminales sin escrúpulos.
Conclusiones
El caso de Juana Barraza y su apodo de "Mataviejitas" es un recordatorio del lado oscuro de la condición humana y de la capacidad que tenemos como seres humanos para cometer actos de violencia extrema. También nos hace reflexionar sobre la importancia de brindar atención y protección a las personas mayores, quienes muchas veces son víctimas de abandono y maltrato.
Es fundamental que como sociedad tomemos conciencia de la importancia de cuidar y respetar a las personas mayores, brindarles una vida digna y garantizar su seguridad. Además, es necesario que las autoridades realicen esfuerzos para prevenir y combatir la violencia contra las personas mayores, así como para investigar y llevar ante la justicia a los responsables de estos crímenes tan atroces.
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